La memoria, como dispositivo fundamental del aprendizaje, es el almacén de experiencias pasadas y conocimientos adquiridos que da forma a nuestra capacidad de comprender, recordar y aplicar información. Es el cimiento sobre el cual se construye el edificio del aprendizaje, permitiendo a las personas recuperar datos, conceptos y habilidades previamente adquiridos. La memoria es esencial para establecer conexiones significativas entre lo que ya sabemos y lo que estamos tratando de aprender. A medida que exploramos su papel en el proceso educativo, se hace evidente que comprender cómo funciona la memoria y cómo optimizar su funcionamiento es esencial para mejorar la retención y la aplicación de nuevos conocimientos, lo que a su vez mejora la calidad y la eficacia del aprendizaje